Regalando sonrisas

Hoy pensaba escribir un relato de viaje, un día más de experiencias por el mundo. Hoy iba caminando hacia el ciber café en Kanchanaburi (Tailandia) y la casi me atropella una moto. Una señora con su hijo. El cuasiatropello se convirtió en varias sonrisas de oreja a oreja. La del niño, la de la conductora, la de la chica del puesto de fruta.

Seguí andando y el señor del restaurante al que fui hace un par de noches me reconoció, me saludó en tailandés y me regaló otra. Los chicos del ciber me saludaron con un gran sawasdee kaa y me dejaron la mejor silla para escribir sin pedir nada.

De pronto, revisando fotos de estos últimos meses me he dado cuenta de un pequeño detalle. Lo que más me gusta de viajar no es solo la adrenalina, no es el hecho de ver paisajes impresionantes, lo que me llena el alma y lo que me llevo conmigo son las personas.

Una mirada, una sonrisa extraña que de pronto te toca el ventrículo izquierdo y, ¿por qué no?, el derecho.  Algo que te acerca a alguien que no tiene nada que ver contigo.

Hoy va por ellos, por los compañeros de este viaje llamado vida.

 

Sonrisas de Sri Lanka

Sonrisas de Sri Lanka

Sonrisas en Mae Sot

Sonrisas en Mae Sot

Sonrisas de Maldivas

Sonrisas de Maldivas

Sonrisas en China

Sonrisas en China

Sonrisas en Laos

Sonrisas en Laos

Sonrisas entre arrozales

Sonrisas entre arrozales

 

14 Respuestas a “Regalando sonrisas

  1. Precioso relato, Claudia. Coincido al 100% contigo: lo mejor de los viajes son las personas que te cruzas por el camino. Un paisaje o una catedral pueden difuminarse por el camino pero una buena sonrisa o un acto gentil te acompañará para siempre. ¡Un saludo, viajera!

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    • ¡Muchísimas gracias Alícia! Mira que he tardado en darme cuenta pero es, sin duda, lo que más me llena. Aunque ese día no haga nada más que pasear y no ver nada impresionante, para mí es lo mejor.
      Un besote, ex-vecina y muy buen finde 🙂

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  2. Lo mejor y lo peor de este mundo somos las personas que estamos en él. La experiencia nos va enseñanado que es la gente sencilla la mas feliz y por estar en mayor sintonia con la Tierra la que nos muestra lo mejor del ser humano. Quizas sea esa sencillez la que hace que no tengan tantas «aristas» como esas otras personas con las que nos cruzamos en nuestro dia a dia, cargada de malos rollos y con tantas falsas necesidades.
    Y ademas tu tienes esa facilidad de empatizar y estar atenta a lo que te rodea. Disfrutalo y nosotros contigo.
    Besos

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    • Está claro, a veces cuanto más se tiene más infeliz se es. También es verdad que cuando paseas por tu ciudad a veces no te fijas tanto en los detalles y no sabes lo que te pierdes.
      Seguiré disfrutando y llevandoos conmigo 🙂
      Besos

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  3. Querida, me ha emociobado tu relato.. Y las fotos también son muy sugerentes.. Me pregunto insistentemente que es lo que falla en la vida que nos rodea, en nosotros mismos, para no ser capaces de vivir momentos parecidos en nuestro entorno.. Porque estas caras tan ausentes o encarnizadas? No hay a que aferrar la mirada en un viaje matutino en el metro.. Durante muchos años se ponía en Moncloa un acordeonista argentino, un senor mayor, que, invariablemente sonreía .. Que misteriosamente aparentaba estar feliz haciendo lo que hacia.. Un día no estuvo más.. Se había ido a Túnez.. Más hacia el este.. Y aún así, hace 20 años, en mi primer viaje a Madrid, el dueño del hostal me dio un beso y me dijo: espero que te vaya muy bien aquí.. Y una sonrisa! Y cada día se menos, entiendo nenos y.. Sobre todo.. Siento menos! :))) bs

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    • ¡Bea, me alegro mucho de que me leas y, sobre todo, de que te guste!
      Tienes toda la razón del mundo. Quizás a veces no me fijaba tanto cuando paseaba por Madrid, otras cosas en mi cabeza hacían que todo fuese más convulso, pero cuando lo hacía, me encontraba con caras frías que no decían nada.
      No sé si es la curiosidad, el ansia de conocimiento que llevo cuando paseo por el mundo pero aquí todo es diferente.
      Gracias por tu comentario 🙂
      Mil besos

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  4. Les han enseñado a mirar a sus semejantes desde el corazon…y como tu bien dices…ellos han aprendido antes que nosotros,que somos compañeros de viaje de la vida…(me ha encantado tu frase …)y que nuestra mision aqui , solo es, amar,compartir,perdonar ,dar…¡ y regalar sonrisas !(todo…sin dinero…) Una muy grande para ti !

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  5. Al final gran parte del viaje y te las experiencias no te las da un paisaje si no la gente con la que convives y vives momentos únicos que son los que hacen especial el viaje.

    Te lo digo siempre pero te lo vuelvo a decir, Me ha encantado tu forma de contar tus experiencias – Como siempre! – y espero algún dia poder vivir lo que tu estas viviendo.

    Un beso enorme!

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    • ¡Así es! tengo mucha suerte de tener tiempo disponible para dedicarme a eso en este viaje 🙂

      Muchas gracias por el piropo, seguro que algún día podrás lanzarte con la mochila y nada más, ¡ya verás!

      Un besazo

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  6. Hoy he conocido tu blog, y me he quedado impresionado, las fotos son fantasticas, con total objetividad, y tus palabras le ponen alma. Gracias por ser ojos y voz de un viaje tan bonito, gracias por compartirlo, estaré pendiente de las andanzas por esas lejanas tierras, un cordial abrazo desde Madrid.

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    • Hola Gustavo,
      ¡Bienvenido al blog y a mi viaje de vida, que son la misma cosa! Me alegro de que te haya gustado y que te haya emocionado tanto como a mí escribirlo. Un gran abrazo hasta Madrid, una ciudad que he tenido de recorrer día a día durante años 🙂

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Veeeeenga, coméntame, ¡que me hace ilusión!